La emergencia global del Coronavirus nos ha mostrado imágenes de centros de grandes metrópolis desolados, centros comerciales “abandonados” y alarmantes cifras de contagiados, hechos que nos hacen pintar un paisaje apocalíptico digno de una novela de Joseph Conrad; pero esta situación de crisis es también el caldo de cultivo perfecto para la innovación nacida en empresas dirigidas por mentes creativas, que hacen de las limitaciones, el estímulo perfecto para impulsar procesos de innovación empresarial más oportunos y más ágiles.
Al momento de escribir este artículo, literalmente, todo el mundo, empresas y personas, hemos sufrido, en mayor o en menor escala y de manera más o menos directa, los impactos económicos del Coronavirus. Y es que las medidas necesarias para contener la pandemia, como el aislamiento de ciudades, el cierre de fronteras y hasta las prohibiciones de salir de casa, han asestado un golpe fuerte a la economía mundial.
Viendo la crisis como una oportunidad:
Las pandemias, si es que algo positivo pueden dejar, es el impulso de grandes avances que luego podrán ser implementados en diferentes medios, disciplinas o escenarios. Cuando el SARS (en español, Síndrome Respiratorio Agudo Severo) apareció en China a finales de 2002, una crisis de cuarentena similar a la hoy vivida, impulsó un, hasta ese momento inexistente, mercado de productos online para proveer a diferentes poblaciones de víveres y bienes de primera necesidad, a su vez que la penetración de Internet (y sus ventajas) aumentaba en este país oriental.
Si bien llegados a este punto es difícil ver desde una perspectiva holística qué impactos positivos que dejará la búsqueda de soluciones innovadoras a problemas derivados del brote de Coronavirus, sí que hemos visto respuestas ingeniosas e innovadoras de industrias que, en principio, podrían estar amenazadas por las condiciones, pero a partir de soluciones simples, han encontrado formas de continuar operando. Aquí algunos ejemplos de ello:
1. Industria del Entretenimiento, sin público:
La Resistencia es el late show más popular de España, país que, después de Italia, reporta la mayor cifra de contagiados por Coronavirus. Tras las prohibiciones para salida de casa y para aglomeraciones de personas en espacios públicos, el programa se vio obligado a reinventar su formato, con un estudio vacío y sin público en vivo, parte fundamental de su funcionamiento. Aunque temporal, este formato ha sido aceptado positivamente por la audiencia, que ha mantenido su fidelidad al programa, y que ha logrado adaptarse a las circunstancias con la innovación en un género televisivo tradicional.
Esta prohibición, extensible a cualquier evento masivo, ha provocado la cancelación de conciertos y espectáculos multitudinarios, lo que ha llevado a que artistas, entre ellos Juanes con su iniciativa #LaGiraSeQuedaEnCasa, Alejandro Sanz o Jorge Drexler, se vuelquen a las redes sociales a brindar entretenimiento vía live stream en conciertos sin público presencial, pero con varios cientos de miles de viewers, lo que de paso, les ha representado algunos ingresos por pauta publicitaria. Una forma, que aunque no es nueva, sí demuestra la necesidad de una actitud versátil y adaptable en organizaciones ante tiempos de crisis.
Si bien las pérdidas económicas de los conciertos cancelados son un hecho, estos artistas han encontrado la manera de tener un contacto con sus seguidores dando un mensaje positivo en un momento relevante, mientras se mantienen vigentes en una época donde el entretenimiento ha sido más que necesario.
2. Gimnasios, sin usuarios:
En China, país en donde se originó el primer contagio de Coronavirus, los dueños de gimnasios encontraron la manera de continuar su operación como centros de acondicionamiento físico, incluso en medio del peor momento del pico epidemiológico en el país. Tanto gimnasios como usuarios, encontraron en la crisis, la oportunidad de reevaluar (temporalmente) su modelo de negocio y su manera de ejercitarse, respectivamente. A través de modelos de suscripción a clases virtuales, dictadas y practicadas en casa por instructores y usuarios, estos pequeños, medianos y grandes negocios de la industria del cuidado personal, pudo contener una crisis aún mayor que, de otra manera, habría implicado pérdidas económicas y despido de personal.
Junto a este comportamiento de “gimnasio remoto”, empresas de home fitness dedicadas a la venta online de equipos de gimnasia en casa, como Peloton y empresas de suplementos y más, registraron un enorme pico en ventas como consecuencia de este tipo de comportamiento en gimnasios remotos. Un gran ejemplo de crisis convertida en oportunidad gracias a la innovación.
3. Restaurantes y la Industria del Aislamiento Social:
El estilo de vida que hemos llevado y desarrollado como sociedad en la última década, nos ha preparado de buena manera para afrontar retos como las cuarentenas, permaneciendo largos períodos de tiempo en casa con la comodidad de tener a la mano diferentes servicios que nos proveen de entretenimiento, alimentación e interacción social. La social isolation industry es la industria creada a partir de este comportamiento ermitaño. Empresas como Domino’s Pizza, Netflix, Spotify o YouTube, representan una parte activa de esta industria que mueve millones de usuarios y de dólares a través del negocio de quedarse en casa.
En época de Coronavirus, los restaurantes tradicionales han tenido que innovar para ofrecer un servicio de delivery que, además, cumpla con las medidas de cuarentena y los protocolos sanitarios necesarios para evitar la propagación del virus. Con base en esto, la oportunidad radica en la venta de un producto de primera necesidad, que dé la seguridad a sus usuarios y repartidores, de que no habrá un contagio en la transacción.
Destinar únicamente pagos online, implementar un packaging seguro, capaz de aislar totalmente la comida y protocolos de entrega que aseguren la llegada del pedido sin contacto humano, han sido las medidas de restaurantes que, aún en momentos de crisis, han sabido innovar protegiendo tanto a sus usuarios como a sus trabajadores para mantener vigencia en el mercado, disminuyendo el impacto económico que trae la lógica reducción de sus ventas, evitando así despidos, cierres de sucursales o pérdidas aún mayores que terminen en la quiebra del negocio.
4. Home Office como Oportunidad
Aunque este es un modelo laboral que se ha desarrollado de muy buena manera en muchísimas empresas alrededor del mundo; otra gran parte de organizaciones, jamás habría contemplado la posibilidad de implementar modelos de teletrabajo, equipos remotos (como lo trabaja SM Digital Talent) y home office, si el Coronavirus no les hubiese obligado a cambiar sus hábitos. Y es que la mentalidad de oficina y horarios fijos había sido la norma hasta antes de esta emergencia mundial; pero la coyuntura ha hecho ver a diferentes dueños de empresas y coordinadores de producción, que volcarse al teletrabajo ayuda a mejorar factores clave como la productividad, la motivación e incluso a la consecución de mejores resultados.
Cuando la oportunidad se convierte en oportunismo:
El lado oscuro de la oportunidad en tiempos de Coronavirus, se da en organizaciones que han mantenido una visión comercial a todo precio, sin tener en cuenta el lado humano de esta crisis global y que han convertido la oportunidad en un oportunismo que podría llenar sus bolsillos en un cortísimo plazo, pero que luego podrá representar golpes de los que será difícil recuperarse en su reputación y en el valor de su marca.
Basados en la lógica ley de oferta y demanda, algunas empresas fabricantes de los productos que más movimiento de estanterías han tenido durante la crisis del Coronavirus (como el gel antibacterial, por alguna extraña razón, el papel higiénico y por supuesto, la comida), han especulado descaradamente con los precios de estos productos a un punto irresponsable y que ha puesto en riesgo el orden público de lugares en donde se han presentado motines o peleas por provisiones. Tanto las empresas fabricantes, como las empresas comercializadoras (supermercados y tiendas de abastecimiento), han tenido un impacto negativo sobre su reputación al inflar precios e incluso se han hecho acreedoras a sanciones por los diferentes organismos de control por incurrir en especulación. No se trata de hacer dinero a como dé lugar, se trata de entender el contexto para transformarlo positivamente.
Otro caso en el que la oportunidad se convierte en oportunismo, es el ejemplo de una reconocida empresa de salas de cine en Colombia, que en medio de las campañas nacionales de prevención, en las que se trataba de concientizar a las personas de evitar los espacios cerrados con alto volumen de personas (como bien lo es una sala de cine), tuvo la idea de sacar una promoción agresiva de dos personas por el precio de una, invitando al público a ir a sus salas, sin mayor preocupación por las medidas de prevención. La idea tuvo un efecto adverso y los usuarios de redes sociales organizaron un boicot contra la empresa, afectando seriamente su reputación y perdiendo a futuros clientes que juraron nunca volver a visitar las salas de una empresa irresponsable cuando se levante la emergencia.
La innovación es un proceso que requiere una visión positiva y transformadora sobre los momentos de incertidumbre para convertirlos en oportunidades. Sin embargo, este “positivismo”, en el mercado de hoy, debe buscar el bienestar común de todos los implicados en los procesos de cada organización (proveedores, trabajadores, clientes y sociedad en general). Esta emergencia global, nos debe enseñar a mantener un sentido de responsabilidad y a desarrollar en nuestras empresas, una personalidad orientada a la adaptación. Nadie, ni los grandes analistas económicos, pudo prever esta crisis que nació de una serie de infortunios; pero muchos sí podemos y debemos elegir qué cara ponerle y cómo transformarnos con ella. Grandes desafíos requieren grandes líderes, que impulsen pequeños cambios que ayuden a crear grandes soluciones.
Por: SM Digital Talent.
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